Los locales empezaron con fuerza el partido ya desde antes del pitido inicial, con un Palau que prometía ser el jugador número ocho de los blaugrana. Pero los teutones en vez de hacerse pequeños ante una afición que despertó por primera vez en todo el año, decidieron darlo todo y enfrentarse a sus rivales de la fase de grupos de la Liga de Campeones, peleando en todo momento el partido (14-16 a favor del Flensburg cuando el árbitro marcaba el descanso).
Pero la segunda parte cambió el panorama para los que se acercaron al Palau y es que con un Raul Entreríos totalmente on fire, el Barcelona impuso un ritmo que ahogaba a los alemanes y al que solo Glandorf fue capaz de sobreponerse. Pero un jugador no es suficiente contra un equipo al que todo le sale bien y el marcador daba fe de ello al final del partido: 9 goles de ventaja y la sensación de haber cerrado la herida de la temporada pasada.
Martin Santana
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